Carta de Antonia Luksic Puga, Presidenta de la Fundación.
“Hace años, mi padre creyó necesario promover un cambio en la Fundación, asumiendo causas que marcaran una diferencia en el día a día de las personas más indefensas de nuestra comunidad, priorizando el “hacer” por sobre el “dar”.
Aunque estamos orgullosos de nuestra historia como Fundación, creemos que ha llegado el momento de concentrarnos en un objetivo específico y, qué más oportuno y fundamental que hacerlo en una causa tan pura como la niñez.
La infancia debe ser el periodo más feliz y vigoroso de la vida; tristemente, no todos nacen con la vitalidad y salud necesaria para disfrutar de los años más jóvenes de su existencia.
Como consecuencia de la realidad de nuestro país, muchas de las regiones sufren de una falta de profesionales y equipamientos médicos para tratar distintas enfermedades. Por esto, las familias con hijos enfermos tienen la necesidad de trasladarse a Santiago. También hemos considerado, además de los problemas económicos para las familias que deben viajar, las situaciones de desarraigo que dichos traslados pueden ocasionar. Es por ello que nuestra entrega no se agota en el hecho físico de una Casa de Acogida, sino que compromete y reclama nuestro permanente y cotidiano quehacer para ofrecer las mejores condiciones posibles, con eficacia y amor, otorgando las herramientas necesarias para que las familias puedan enfrentarse a esta difícil situación con la energía y el optimismo necesario”.